Por fray Jorge Ferdinando Rodríguez Ruiz, O.P.
En el transcurso de tres días las diversas facultades de teología, tanto católicas como la de hermanas y hermanos de otros credos religiosos, hemos tenido una posibilidad privilegiada de compartir los múltiples desarrollos teológicos en el congreso que tomó por nombre Teología en Diálogo, en el contexto del encuentro de la gran red que agrupa a las distintas facultades de teología en Colombia, denominada TeoRed. Nuestra universidad había sido designada por las demás universidades para ser la anfitriona de este encuentro que busca poner en diálogo la reflexión teológica con los problemas de las personas de nuestro tiempo, razón por la cual tuvo como anfitriones la Sede Principal Bogotá con su facultad de Teología.
En tal sentido, hemos acogido pensadores internacionales de la teología, teólogas y teólogos de la Orden de Predicadores y escuchado de primera mano el desarrollo investigativo de las maestras y maestros de las distintas universidades en Colombia, así como los principales temas que están siendo objeto de investigación por parte de los estudiantes de teología: el cuidado de la Casa Común, los usos éticos de la inteligencia artificial, la teología en diálogo con los derechos humanos, las miradas feministas en las hermenéuticas bíblicas, la necesidad de profundizar el diálogo interreligioso (Ecumenismo), las teologías emergentes y la necesidad de un diálogo más profundo entre la teología y las actuales ciencias en el contexto de la transformación humana desde el campo de la tecnología.
Finalmente, de manera comunitaria hemos planteado los principales desafíos para investigar e incorporar en la estructura curricular de los programas de teología, los cuales le plantean a la ciencia teológica múltiples y diversos escenarios futuros, entre los cuales se señalan: la importancia de la doctrina social de la iglesia y la necesidad de replantear los modelos económicos actuales que marcan la exclusión y marginación de múltiples personas de nuestra sociedad; equilibrar la tradición con la modernidad; desarrollar una teología "en salida" para el siglo XXI; fomentar el diálogo y la colaboración entre diferentes culturas y religiones para afrontar los desafíos globales, como la crisis ambiental y las guerras, promoviendo la solidaridad; ante el avance de ideas como la inteligencia artificial, la transexualidad y el transhumanismo, la teología debe ofrecer una visión antropológica que fundamente la dignidad humana y el propósito del hombre; la relación de la teología y los horizontes pastorales de la iglesia y la relación con los animales, especialmente con las mascotas y su vinculación con los nuevos modelos de familia.
Finalmente, nos hacemos personas de escucha (sororidad) a la invitación del Papa León XIV quien nos exhorta a esforzarnos por “elaborar una teología encarnada, impregnada de los dolores, las alegrías, las expectativas y las esperanzas de la humanidad”.