Gobierno y Relaciones Internacionales Editorial

Degradación del conflicto y afectaciones civiles: nuevo capítulo de tensiones en Oriente Medio

Por: Diego Dávila Benavides*
Decano Facultad Gobierno y Relaciones Internacionales

Oriente Medio vive una degradación progresiva en los métodos de confrontación: ya no se limita a blancos militares o infraestructuras críticas, sino que afectan de forma sistemática a la población civil. Según el informe más reciente de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, durante el 2024 se registró un aumento del 40% de las víctimas civiles en conflictos armados. Esta tendencia, lejos de cambiar, parece que se profundizará.

Las condiciones actuales no ofrecen señales claras de desescalamiento, ni la posibilidad de salidas negociadas o medidas por el dialogo. La creciente brutalidad de las acciones militares, el uso deliberado de armas de diverso tipo en contra de la población civil y el colapso de los “malgastados” canales diplomáticos, contribuyen a un escenario de racionalidad estratégica mediada por una lógica de destrucción recíproca. Esta degradación no solo limita la capacidad de los actores a "imaginar" o "construir” horizontes diferentes, por el contrario, profundiza el sufrimiento humano. En menos de una semana de las confrontaciones abiertas entre Israel e Irán, ya se cuenta con alrededor de 600 personas fallecidas por los ataques de uno y otro bando, sin contar con heridos y afectaciones a la infraestructura civil.

Además, en las últimas horas el organismo nuclear de las Naciones Unidas, así como otros actores internacionales, han manifestado su preocupación por posibles accidentes o escapes radiactivos en las diversas instalaciones del programa nuclear de Irán que están siendo atacadas por las fuerzas militares israelíes. Estos constantes bombardeos, no solo repercuten contra la infraestructura crítica de Irán, sino pueden representar un peligro para la región. Sin embargo, la Organización para la Energía Atómica de Irán afirmó hace pocas horas que, los ataques a instalaciones como el efectuado en contra del centro de enriquecimiento de uranio de Fordo, en el centro-oeste de Irán, no ha dejado importantes daños o constancia de contaminación radioctiva.

En este contexto, el líder supremo iraní, Ayatolá Ali Khamenei, afirmó que: “Irán nunca aceptará una guerra o paz impuesta”. Esto en respuesta a las afirmaciones del presidente estadounidense Donald Trump sobre la necesidad urgente de la rendición incondicional de Irán. También, ante la creciente posibilidad de contar con los Estados Unidos como actor más en las confrontaciones. Aunque parece lejana esta posibilidad, el Departamento de Estado estadounidense está facilitando la salida voluntaria de personal diplomático no esencial y familiares de Israel. Situación, aunque previsible por el estado de las confrontaciones, pero llamativa.

En cualquier caso, estamos lejos de un escenario de diálogo o mediación, inclusive Israel instó al presidente Putin a resolver la situación que le confronta con Ucrania primero, antes de ofrecerse como mediador. Esto demuestra no solo un escenario de degradación evidente, sino una ruptura, al menos actual, de posibles canales diplomáticos. Sin duda, las afirmaciones públicas y mensajes en medios y redes sociales entre los actores no facilitan que la tensión se reduzca, por el contrario, nos conducen a la destrucción recíproca.



*Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no reflejan necesariamente el pensamiento ni la postura institucional de la Universidad Santo Tomás.

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