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Consulta previa y modelos de desarrollo: alcances y perspectivas

Elaborado por Hernando Sáenz Acosta y Aidaluz Sánchez Arismendi, docentes Maestría en Planeación para el Desarrollo.

El pasado viernes 22 de agosto tuvo lugar la lección inaugural de la maestría en Planeación para el Desarrollo. En esta ocasión se propuso un conversatorio para discutir los alcances y perspectivas en torno a la figura de la consulta previa.

La consulta previa, libre e informada es un derecho fundamental reconocido en Colombia que garantiza la participación efectiva de los pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes, raizales, palenqueras y pueblo Rom en las decisiones que puedan afectar sus territorios, cultura o formas de vida. Este derecho consagrado en el convenio 169 de la Organización Internacional para el Trabajo (OIT) y en la constitución política de Colombia, se ha convertido en un eje de debate en torno a los modelos de desarrollo, la protección de los derechos colectivos de los pueblos étnicos, las tensiones entre los intereses del Estado, empresa privada y otros sectores de la sociedad civil.

La primera intervención fue realizada por María Adriana Pumarejo, doctora en Antropología de la Universidad Nacional e integrante del pueblo indígena kankuamo de la Sierra Nevada de Santa Marta. Para ella existen dos tipos de conceptos sobre el territorio que se deben tener en cuenta cuando hablamos de consulta previa. Por un lado, la concepción geográfica que posee un trasfondo histórico incluyendo figuras como la de los resguardos, diferentes formas de posesión, o las formas de propiedad colectiva de las comunidades afrodescendientes. Del otro lado, hablar en sentido amplio del territorio implica ir más allá de lo legal y reconocer las formas de territorialización de estos grupos y el aspecto simbólico, cultural que está vinculado al territorio. Desde este punto de vista la consulta previa constituye un derecho a la preservación de la identidad. El ejercicio etnográfico realizado desde campos como la antropología se tornan muy importantes para comprender esas relaciones de apropiación que se ejerce sobre un territorio. Por último, señaló que no existe una ley estatutaria sobre consulta previa y que los avances o retrocesos se dan en el marco de la jurisprudencia llevando a lo que ella denomina como una hiperjudialización de las consultas previas.

Armando Wouriyu Valbuena, representante de la comunidad Wayúu y participante del conversatorio recordó el papel que jugaron las comunidades indígenas en la construcción del convenio 169 de la OIT, sin embargo, denunció la poca apropiación que desde la república se ha hecho de lo que está consagrado allí. A su vez destacó también la evolución en términos de conceptos sobre los cuales ha girado las reivindicaciones de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) de la cual hace parte: primero fue la tierra, luego el territorio y actualmente la territorialidad.

Para Wouriyu uno de los desafíos más importantes con la firma de los Acuerdos de Paz en 2016 ha sido el de elaborar planes sectoriales y étnicos de ruralidad. Se trata de una tarea que está pendiente y que combina las acciones propias de los últimos gobiernos, pero también de las acciones propiamente desde el Estado. Retomando los principios que inspiraron las reformas en los años noventa sobre ordenamiento del territorio se presenta la experiencia de la zona norte extrema, localizada en el departamento de la Guajira. Esta iniciativa busca el objetivo de una gobernabilidad propia en donde la figura de la consulta previa no tenga lugar y se aplique la llamada concertación. Para ello es necesaria la creación de una ley para la creación de territorios indígenas.

Alexander Gamba, actual director del programa de Sociología en la Universidad Externado de Colombia presentó los resultados de una consultoría realizada en el último año. Destacó la importancia que tiene la figura de consulta previa en Colombia y su repunte especialmente a partir de la firma de los acuerdos de Paz. Señaló que las consultas previas no solo se refieren al tema de la explotación de hidrocarburos, sino que abarca muchos más campos como la transición energética. Señaló a su vez que lo que se juega en dichas consultas son las disputas por un modelo de desarrollo que sea compatible con un modelo de democracia multiétnica.

La cuarta y última intervención fue realizada por Jeannette Lucía Castro, Antropóloga e integrante también del equipo que trabajó en la consultoría. Para ella existen varios desafíos en materia de consulta previa desde la mirada de los sujetos de derecho. Abogó por una reflexión que tenga en cuenta que la consulta previa es un derecho colectivo para prevenir daños o amenazas a los grupos étnicos, pero que es importante no homogenizarlos y reconocer, por el contrario, las diferencias que existen incluso al interior de una misma comunidad. En un país como Colombia el tema del conflicto armado y los desplazamientos forzados hace parte de las dinámicas de muchas comunidades indígenas y afrodescendientes y por lo tanto al hablar de afectaciones se debería tener en cuenta a quienes ya no están en los territorios.

Otro desafío tiene que ver con la identificación de los liderazgos y de quienes representan a las comunidades. Este es un factor importante a tener en cuenta en los procesos de consulta previa si se quiere superar la desconfianza que puede tener lugar en determinadas circunstancias. Por último, está el papel que juegan los funcionarios públicos que no es eficaz. El resultado, a menudo, es una lectura en donde se asume que el Estado y el sector privado están en contra de la comunidad. Se aboga, entonces, por un nuevo tipo de relacionamiento, donde prime el respeto al autogobierno, la participación efectiva garantizando que toda la comunidad participe.

Para finalizar, se abordó de manera colectiva diferentes opiniones acerca de los modelos de desarrollo que están detrás de los procesos de consulta previa. María Adriana Pumarejo señaló las posibilidades de conciliación de estos modelos ya que la consulta previa establece un diálogo entre iguales, un diálogo intercultural en donde es posible negociar. Por el contrario, la denuncia de un modelo antropocéntrico fue expresado por Armado Wouriyu quién también señaló al sistema de educación que heredamos desde el siglo XIX. Existen problemáticas como las del cambio climático en los cuales poco se avanza. También cuestionó el papel del sistema financiero y particularmente de la banca internacional y presentó la iniciativa de un banco propio para apoyar las iniciativas comunitarias.

El doctor Gamba destacó que, al menos en Colombia, existe espacio para debatir en torno a los modelos de desarrollo si se compara con otros países de la misma región. Para él, la consulta previa actúa como un escenario para la resolución de conflictos. Para Jeannette Lucía Castro el ejercicio de la planeación es clave desde el momento cero y también coincide en los desafíos educativos de cara a la promoción de una mayor y más cualificada participación ciudadana en los asuntos relacionados con las consultas previas.

Desde la Maestría en Planeación para el Desarrollo se destacó la importancia de reflexionar sobre el papel que tiene la planeación en los procesos de consulta previa que impactan a las comunidades, establecen diálogos interculturales sobre las perspectivas del desarrollo y el territorio. Con este evento, nuestro programa apuntó a seguir promoviendo en los y las estudiantes reflexiones críticas sobre el rol que juegan los planificadores, la dimensión ética del ejercicio y la importancia en la promoción de un modelo de desarrollo humano integral.

 

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