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Ante la posibilidad de que estos centros otorguen maestrías, la calidad educativa es prioridad.
Que los institutos y centros de investigación puedan obtener un registro calificado de programas académicos de maestría y doctorado, parece a primera vista una alternativa de formación adecuada, tal como lo avala la Ley 2142 de 2021. Sin embargo, eso es solo a primera vista, pues son varias las razones que suscitan no poco escepticismo y prevención frente a las pretensiones que proyecta alcanzar la ley.
La primera es que, curiosamente, a nivel mundial no es una práctica tan reconocida que un centro o instituto de investigación otorgue títulos académicos. Por ejemplo, si miramos a Europa encontramos que Eurodoc, el Consejo Europeo de Candidatos a Doctorado e Investigadores Jóvenes (que reúne 29 organizaciones de candidatos a doctorado y de jóvenes investigadores de 26 países de la Unión Europea y el Consejo de Europa), realizó hace poco una encuesta para analizar el panorama de la oferta de doctorados en Europa. ¿El resultado? En ninguno de los países encuestados existe este tipo aval: España, Holanda y Finlandia, tan admirada en el campo de la innovación educativa, solo reconocen a las instituciones de educación superior (IES), como las instituciones que en pleno derecho pueden otorgar un título de doctorado. En Alemania, si bien es posible hacer un doctorado en una institución o empresa no académica, el llamado "doctorado industrial", el título debe ser otorgado por una IES. Lo mismo sucede en Italia donde los Institutos Nacionales de Investigación y los centros de investigación de la industria pueden impartir actividades de doctorado e investigación, denominado alto aprendizaje (Alto Apprendistato), pero siempre en cooperación con una IES.
Continúa leyendo la noticia publicada por Portafolio el 22 de septiembre de 2021.