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De la U a la V: el primer laboratorio de paz del Meta

En el corazón del Meta, en San Juan de Arama – vereda Hato Rondón – se gesta una experiencia única en Colombia: el proyecto “De la Universidad a la Vereda” (U a la V), liderado por la facultad de Educación y el programa de Administración de Empresas. Hoy, esta iniciativa es reconocida como el primer laboratorio de paz del departamento, al proponer nuevas formas de construir comunidad y abrir oportunidades para los firmantes de paz y sus familias.

El proyecto tiene un objetivo claro: establecer pedagogías para la paz. A través de la educación, el emprendimiento y la innovación, busca ofrecer alternativas de vida a quienes dejaron las armas, pero sobre todo a sus hijos, más de 80 niños entre los 0 y 9 años que hoy crecen en este territorio con sueños distintos a los que sus padres alguna vez tuvieron que asumir.

Los líderes docentes de la U a la V, Héctor Rafael Castellanos Triviño, Lili Ariana López Ortiz y Juan Carlos Olaya Molano, han contado con el respaldo decidido de las decanaturas de división y académicas, así como de las coordinaciones de programas de maestría en Pedagogías Críticas e Intervención Socioeducativa, licenciatura en Lengua Extranjera Inglés, Administración de Empresas, licenciatura en Artes Plásticas, Sociología y Zootecnia. Este trabajo colectivo ha permitido la construcción de lo que los firmantes llaman su plan de vida, también conocido como “el mandato de los niños”.

Este plan no es un simple documento: se trata de una ruta de desarrollo comunitario con bases en el humanismo, la educación bilingüe, la innovación, el emprendimiento y, sobre todo, la paz. El tejido social que se ha creado demuestra que la reconciliación es posible cuando se trabaja con visión y esperanza.

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El impacto del proyecto ha sido tan significativo que se ha contado con el apoyo de la ONU, la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) y el SENA, instituciones que, junto a otros actores de la región, han aportado sus miradas y recursos para impulsar el desarrollo comunitario y fortalecer los procesos de paz en el territorio.

Aunque en el pasado los firmantes fueron señalados por su participación en el conflicto, el contacto cercano revela que muchos de ellos también fueron víctimas de las violencias estructurales del país, y que su ingreso a la guerra fue más una estrategia de supervivencia que una convicción ideológica. Hoy, en cambio, se abren caminos de reconciliación en un diálogo respetuoso y armonioso entre firmantes, fuerza pública, víctimas y comunidades vecinas.

La convicción de ofrecer un mejor futuro a sus hijos se ha convertido en el motor de esta transformación. De la mano de la universidad, los firmantes han comenzado a superar límites y a demostrar que la paz no solo se firma, sino que se construye día a día con educación, compromiso y esperanza.

El Meta cuenta hoy con un laboratorio vivo de paz orgullosamente Tomasino, y desde Hato Rondón se demuestra que la academia y la comunidad, juntas, pueden dar ejemplo de cómo cambiar la historia.

Si quieres conocer más sobre esta experiencia, puedes ver el documental 👇escrito, diseñado y producido por Oscar Felipe Chávez G, docente de la licenciatura en Artes Plásticas.

 

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