Martín Nates, JustaPaz; Karen Castro, Plataforma Colombiana de Derechos Humanos; Patricia Alba, Redprodepaz, y Alexander Gamba, Universidad Santo Tomás.
Crédito: Cortesía
Noticia tomada de Revista Cambio
En el Congreso Nacional de Paz 2024, que tuvo lugar entre el 12 y el 14 de marzo, se habló de la reconfiguración del conflicto en distintos territorios del país y que es producto de una mezcla de la pobreza y el fortalecimiento de los grupos armados ilegales. ¿Qué piden las víctimas y qué se necesita para que no resurja el conflicto?
Por: Redacción Cambio
Entre el 12 y el 14 de marzo tuvo lugar el Congreso Nacional de Paz: uniendo voces, territorios por la Paz, en el que participaron organizaciones de más de 50 territorios del país para hablar sobre lo que se necesita para lograr una paz total, pero construida desde las comunidades, que son quienes enfrentan el conflicto armado en primera línea.
Durante el congreso se reiteró la idea de que en varias zonas del país se está reconfigurando el conflicto armado, especialmente en Bajo Putumayo, Norte de Nariño, Costa Pacífica, Bajo Cauca Antioqueño, Mojana Sucreña, Sur de Bolívar, Norte del Caquetá, Montes de María, Catatumbo, entre otras.
Los organizadores de este congreso fueron Redprodepaz, JustaPaz, Universidad Santo Tomás, Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, y Viva la Ciudadanía.
La conversación de estas organizaciones con las personas de distintos territorios del país refleja que el conflicto se ha reconfigurado por "la mezcla de la pobreza, el fortalecimiento y avance de los grupos armados ilegales y paramilitares, y de las mafias nacionales y transnacionales, la expansión de economías ilegales y la débil presencia del Estado".
Para hacerle frente a lo que viven las comunidades en los territorios más afectados por el conflicto, las organizaciones proponen una serie de acciones, entre ellas "persistir en la construcción de la paz y la no violencia como visión de futuro para la sociedad colombiana", desplegar medidas para enfrentar las crisis humanitarias, asegurar la participación de las comunidades, garantizar la presencia del Estado en los territorios, e implementar lo estipulado en el Acuerdo de Paz firmado en 2016.
Como explicó Martín Nates, de la organización JustaPaz, la prioridad para las víctimas es que cesen las hostilidades y se logren acuerdos humanitarios, porque así pueden tener vidas normales: ir a las escuelas, comerciar sus productos.
Además, las víctimas necesitan que el Estado las repare y piden acompañamiento psicosocial, pues señalan que hay muchas heridas abiertas del conflicto armado.
Nata apunta que también se necesita inversión en las comunidades, para que así logren desarrollar iniciativas productivas.
Patricia Alba, de la Redprodepaz, aseguró que la clave para que en el país se logre esa paz está en la implementación. "Somos muy buenos negociando, pero a la hora de la implementación nos falta rigurosidad y que se cumpla", dijo.
Estas organizaciones hacen un llamado a la paz cotidiana y señalan que no se puede entender el conflicto si no se miran los territorios y sus necesidades.