Por qué la tecnología en la educación debe regirse por nuestras propias condiciones

Desde hace décadas la relación entre tecnología y educación es un tema de interés. Aunque la tecnología proporciona grandes oportunidades, es esencial abordar su integración de manera reflexiva y responsable. El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM) en su edición de 2023 contiene valiosas informaciones sobre cómo la tecnología transforma la educación, sus ventajas, sus limitaciones y los desafíos asociados a su aplicación.

El informe emblemático de la UNESCO pone de relieve la falta de gobernanza y regulación adecuadas, especialmente en un contexto de rápida aparición de las herramientas de inteligencia artificial generativa. Insta a los países a que establezcan urgentemente sus propias condiciones para la concepción y la utilización de la tecnología en la enseñanza, de modo que esta nunca sustituya la presencia de un docente y que contribuya a una educación de calidad para todos. Estos son algunos aspectos temáticos del informe. 

¿Cómo ha evolucionado la tecnología en la educación?
Aunque el uso de la tecnología en la educación se remonta a la aparición de la radio en la década de 1920, es la tecnología digital de los últimos 40 años la que encierra el mayor potencial de transformación educativa. Este periodo ha sido testigo de una revolución en la distribución de los contenidos, los sistemas de gestión del aprendizaje, los métodos de evaluación y la enseñanza de las lenguas. Desde la realidad aumentada hasta la tutoría personalizada, la tecnología ha remodelado nuestras experiencias de aprendizaje. Los recientes avances de la inteligencia artificial han ampliado las capacidades de la tecnología educativa, planteando incluso cuestiones sobre el papel de la interacción humana en la educación.

¿Cuál es la repercusión de la tecnología en el aprendizaje?
Es innegable que la tecnología mejora el aprendizaje en contextos específicos. Sin embargo, es fundamental reconocer que no se puede aplicar un enfoque único. La principal contribución de la tecnología digital al aprendizaje reside en su capacidad para personalizar la enseñanza y aumentar el tiempo de aprendizaje disponible. Además, fomenta el intercambio al favorecer la interacción y la colaboración entre los educandos. En particular, el informe destaca que la tecnología no tiene por qué ser puntera para ser eficaz. Por ejemplo, en China, se proporcionaron grabaciones de alta calidad a los estudiantes del ámbito rurales, lo que dio lugar a una mejora del 32% en los rendimientos y a una reducción del 38% en las diferencias de aprendizaje entre las regiones urbanas y rurales. 

¿Cómo evaluamos la eficacia de la tecnología en la educación?
El informe subraya que la evaluación de la repercusión de la tecnología debe centrarse en los resultados del aprendizaje y no en el mero despliegue de herramientas digitales. Casos como el de Perú, donde se distribuyeron computadoras portátiles sin integrarlas en la pedagogía, demuestran que la tecnología por sí sola no garantiza la mejora del aprendizaje. Del mismo modo, la dependencia exclusiva de la enseñanza a distancia en Estados Unidos amplió las desigualdades de aprendizaje. El informe alerta también contra la utilización inadecuada o excesiva de la tecnología, citando casos de efectos negativos de la utilización excesiva de las TIC en el rendimiento de los alumnos.

¿Hasta qué punto son fiables las pruebas?
La rápida evolución de la tecnología a menudo supera su evaluación. Los datos proceden principalmente de países ricos, lo que plantea dudas sobre la posibilidad de generalizarlos. El informe revela que solo el 7% de las empresas de tecnología educativa del Reino Unido realizaron ensayos controlados aleatorios, lo que refleja una falta de evaluación rigurosa. La dificultad de aislar la repercusión de la tecnología de otros factores complica una evaluación precisa. Además, la influencia de las empresas tecnológicas en la producción de pruebas fehacientes plantea problemas de credibilidad.

• Una visión de conjunto: evaluar el contexto y los objetivos de aprendizaje para garantizar que las soluciones tecnológicas refuercen los sistemas educativos.
• Abrir los ojos: dar prioridad a los grupos marginados para garantizar que la tecnología beneficie a todos los educandos y reduzca las desigualdades educativas.
• Considerar con detenimiento: basar la toma de decisiones en pruebas y tener en cuenta los costes ocultos a largo plazo antes de ampliar cualquier iniciativa tecnológica.
• Mirar hacia el futuro: alinear la integración de la tecnología con los objetivos de desarrollo sostenible, teniendo en cuenta las implicaciones financieras, el bienestar de los niños y la repercusión medioambiental.

Fuentes:

Por qué la tecnología en la educación debe regirse por nuestras propias condiciones. (2023). Unesco.org.