En la actualidad, herramientas como la inteligencia artificial (IA) también han impactado la industria de la moda. Es que hoy ya se comienza a convertir en un eje central de las nuevas colecciones y estrategias creativas, allanando el camino hacia un sector más sostenible.
González comenta que “como en todas las profesiones creativas, la IA topará en la moda con el valor de la creatividad y la originalidad de las ideas. Existe también un miedo en cómo va a impactar esto en los puestos de trabajo si se reduce la cadena de producción».
A medida que los diseñadores adoptan herramientas tecnológicas, surge la duda de hasta qué punto la IA puede reemplazar la intuición y la visión humana, pilares esenciales de la creatividad. Además, este dilema se amplía en el ámbito comercial, donde los modelos virtuales, utilizados para probar y presentar colecciones, plantean preguntas sobre la representación de estándares de belleza poco realistas.
Aunque el potencial de la IA es inmenso, su integración debe hacerse con precaución y dijo que “da tanto miedo como dio Internet en su día, pero no podemos dar la espalda a lo inevitable. Como cualquier herramienta, la clave está en su buen uso. No se puede evitar que las nuevas generaciones la incorporen, pero sí se puede legislar y formar para que ese uso sea lo más ético y positivo posible”.
Algunas marcas han sido criticadas por promover cuerpos “perfectos” en sus campañas digitales, distorsionando la percepción de la moda y los consumidores. La falta de diversidad y la imposibilidad de que estos «modelos virtuales» envejezcan o cambien, genera inquietud dentro de la industria.
Igualmente, González explica que «el uso de la IA, para el diseño de prendas, es muy viable, puesto que permite imaginar y visualizar el resultado de una idea en cuestión de segundos y aceptar o descartar su viabilidad».
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